Adolescente varón de 17 años, sin antecedentes de interés, que consulta en cinco ocasiones en el mismo año en Urgencias y Atención Primaria por dolor en el gemelo derecho. Se diagnostica de dolor muscular y se pauta tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (AINE), sin realizarse pruebas de imagen.
Un año tras el inicio del cuadro, consulta de nuevo en su centro de salud por dolor persistente, ahora constante y ocasionalmente nocturno, con buena respuesta a AINE. Practica fútbol, pero niega traumatismos asociados.
Se solicita radiografía (fig. 1), objetivando una lesión cortical puntiforme en tibia derecha con reacción perilesional. La tomografía computarizada y la resonancia magnética (figs. 2 y 3) revelan una lesión lítica ovalada de 5 x 8mm en la cortical posteroinferior de la tibia, con esclerosis reactiva, compatible con osteoma osteoide. Con esta sospecha diagnóstica fue derivado a Traumatología y se encuentra a la espera de tratamiento por radiofrecuencia1.
Se planteó como diagnóstico diferencial la osteomielitis subaguda (absceso de Brodie), pero se descartó ante la ausencia de fiebre, antecedentes infecciosos y alteraciones analíticas. No obstante, su presentación clínica puede ser superponible a la del osteoma osteoide y en ocasiones solo la histopatología ósea permite su diferenciación definitiva. Otro cuadro a descartar es una fractura por estrés.
El tiempo medio de diagnóstico de esta entidad suele ser de 2 años a pesar de tener una clínica muy característica, como es el dolor nocturno persistente que responde a AINE o ácido acetilsalicílico. En nuestro caso, si bien el diagnóstico se hizo en el plazo de 15 meses (dentro de la media de este tipo de lesiones), cabe destacar la significativa repercusión en la calidad de vida del paciente y las múltiples consultas durante este tiempo2,3.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.