Han pasado 4años desde que asumí la presidencia de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y hoy, al mirar atrás y al mismo tiempo hacia adelante, siento gratitud, responsabilidad e ilusión renovada. Gratitud por el camino recorrido junto a mis compañeros del comité ejecutivo, un equipo comprometido que no ha dejado de aportar, construir y creer en este proyecto común. Responsabilidad porque el momento que vive nuestra profesión exige seguir dando pasos firmes. E ilusión porque la AEP entra en una nueva etapa con fuerza renovada, dispuesta a consolidar lo logrado y avanzar con visión de futuro. El lema inicial de nuestro proyecto en 2021 fue «Un paso necesario»1, ahora, en 2025, «Un paso más para seguir avanzando».
Culminamos una fase de transformación profunda, que ha permitido consolidar nuestra Asociación como un referente indiscutible en el ámbito profesional, institucional y social, e iniciamos un nuevo ciclo donde renovamos nuestro compromiso con la pediatría. Durante esta etapa 2021-2025, hemos dado forma a un proyecto colectivo basado en la modernización, la cohesión interna y la proyección pública. La inauguración de una nueva sede institucional, el rediseño de nuestra identidad visual y la puesta en marcha de la Academia AEP2 como espacio de formación de excelencia han sido hitos visibles de un cambio mucho más profundo. Un cambio que ha transformado nuestra estructura y visión profesional.
El periodo 2025-29 marcará un punto de continuidad, pero también conlleva un gran salto. Hoy contamos con una AEP más robusta gracias al trabajo conjunto con las sociedades regionales y de especialidad, que ha reforzado vínculos, optimizado recursos y consolidado el sentimiento de pertenencia. A la vez, la voz de la pediatría ha ganado presencia pública sobre temas clave como la salud mental3, el uso de las tecnologías4, la obesidad infantil, las vacunas5 o el entorno medioambiental.
Nuestro compromiso con la sociedad es progresivamente más tangible. Lo fue en tiempos de la COVID y lo ha sido, más recientemente, cuando la DANA afectó6 a miles de familias en nuestro país. Muchos pediatras estuvieron allí, demostrando que nuestra vocación trasciende la consulta para ofrecer empatía y cercanía. Sabemos que queda mucho por reconstruir y los pediatras seguiremos acompañando a los pacientes y a sus familias en este proceso.
Porque la AEP aspira a reafirmar su papel como agente transformador: una entidad que no solo capacita y apoya a sus profesionales para ofrecer una atención pediátrica de calidad, sino que también colabora, propone y genera valor en la vida pública. En tiempos complejos, nuestra obligación es aportar conocimiento riguroso, una mirada interdisciplinar y soluciones útiles para las familias y para quienes toman decisiones.
En este sentido, queremos seguir explorando nuevos modelos de acompañamiento en la promoción de la salud y la educación sanitaria, como el que plantea el relanzamiento del proyecto «En familia», que aborda la salud infantil en su contexto familiar, y con el que queremos ofrecer respuestas en ámbitos, entre otros, como la vacunación, la alimentación, la salud mental, la medioambiental con un enfoque One health y la digital.
En la base de este compromiso profesional se entiende implícita nuestra defensa del modelo pediátrico español, que garantiza que todos los niños y adolescentes sean atendidos por pediatras en todos los niveles asistenciales. No nos cansaremos de advertir que, hoy, como consecuencia de la inacción durante los últimos años, y si no se aplican las medidas correctoras necesarias con prontitud, este modelo está cada vez en mayor riesgo. Especialmente en la atención primaria7, donde la sobrecarga, la escasez de recursos y la falta de planificación y adecuación a las necesidades actuales amenazan su sostenibilidad. Como pediatra de atención primaria, conozco bien esta realidad y por eso, desde la AEP, seguiremos reclamando con serenidad y firmeza un canal de interlocución real y constructivo con las autoridades sanitarias competentes con el objetivo de revertirla.
No perdemos de vista, igualmente, nuestro otro gran reto pendiente: el reconocimiento oficial de las especialidades pediátricas. Aunque se han conseguido avances, como la «oficialización» de Psiquiatría Infantil y los progresos de Neonatología, el proceso sigue siendo complejo. Por eso, mantenemos abiertas todas las vías posibles y seguiremos trabajando con nuestras sociedades federadas en la consecución de este objetivo.
Dar respuesta a las necesidades clínicas y sociales de la infancia, la adolescencia y sus familias nos motiva a configurar más espacios de generación de conocimiento con la creación de nuevos comités dedicados a las enfermedades raras y a la Dermatología pediátrica, así como uno de docencia que integre a tutores y coordinadores de residentes, que ampliarán una estructura ya consolidada. Porque los comités de la AEP8 no son solo grupos de trabajo, son el núcleo vertebrador de nuestra capacidad de asesoría científica, actualización profesional y respuesta experta a los retos que plantea la salud infanto-juvenil.
Otra de nuestras prioridades estratégicas la constituyen los residentes de pediatría. Ellos representan el futuro y su voz debe ser escuchada. En esta línea, hemos querido conocer de primera mano su visión. Entre quienes nos han compartido su perspectiva está alguien muy próximo a mí, residente de primer año. En sus palabras se refleja la vocación, pero también la exigencia de su generación: reclaman más formación práctica, mayor atención a la salud mental, a la diversidad, habilidades comunicativas, comprensión del impacto de la tecnología y, sobre todo, una AEP más cercana. Ella misma lo resume con claridad: «los pediatras somos profesionales empáticos que cuidamos no solo de la salud física, sino también del bienestar emocional de nuestros pacientes y compañeros. Ver el agradecimiento de los niños y sus familias hacia nuestra labor me reafirma día a día en que elegí el camino correcto».
Esa sensibilidad, ese compromiso intergeneracional, nos interpela y nos impulsa. Por eso seguiremos trabajando en herramientas que mejoren la experiencia del socio. En los próximos meses lanzaremos una nueva web que reunirá todos los recursos en un entorno accesible, y activaremos una secretaría virtual en la que cada pediatra podrá gestionar su perfil y su relación con la AEP de forma autónoma. A esto se suma la obtención de nuevos fondos europeos, que permitirán continuar y renovar uno de nuestros proyectos más ambiciosos en el ámbito de la salud digital, el del Plan Digital Familiar. También daremos un paso más hacia la cooperación internacional. Próximamente dará comienzo un máster en Pediatría dirigido a médicos generales y técnicos sanitarios (clinical officers) de países del África subsahariana9. Este proyecto contará con más de 50 expertos en cooperación internacional y ofrecerá más de 3.000 h de formación a lo largo de 2años. La iniciativa refuerza nuestro compromiso con la formación pediátrica en entornos internacionales con menos recursos.
Este momento representa, sin duda, una gran oportunidad. Nuestra asociación está en condiciones de consolidarse como una voz con legitimidad, solvencia científica y capacidad real de influencia en la agenda pública. La renovación del comité ejecutivo por otros 4años pensamos que fortalece ese horizonte: lo emprendemos con la misma o con mayor ilusión y responsabilidad que con la que iniciamos nuestra andadura, pero con la experiencia en la mochila que conlleva las enseñanzas adquiridas de nuestros aciertos y errores previos, que nos permitirá continuar todo lo que aún queda por hacer. Solo podremos seguir avanzando si contamos con la confianza de nuestros socios, a quienes pedimos que sigan acompañándonos en este proyecto colectivo. Seguiremos trabajando con la misma dedicación y el mismo empeño que nos han guiado hasta aquí.
No sería justo finalizar este recorrido sin detenernos a reconocer algo verdaderamente esencial: todo esto no habría sido posible sin el compromiso, la generosidad y la entrega de miles de pediatras que hacen de la AEP una asociación viva y en constante evolución. Los socios que forman parte de las sociedades regionales y de especialidad, los comités, los grupos de trabajo y nuestras plataformas, pero también de todos aquellos que creen en el proyecto y participan de él con su trabajo diario en la salud infanto-juvenil, son la parte fundamental de esta ecuación. Y también, y de forma imprescindible y necesaria, no nos olvidemos de nuestro excelente equipo de gestión y personal de la AEP, junto a los colaboradores y asesores externos, quienes impulsan cada idea con vocación, abnegación y esfuerzo. A todos, gracias por hacer que esta AEP exista, crezca y tenga sentido.
Sigamos construyéndola juntos. Lo mejor, estoy convencido, aún está por venir.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.