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EDITORIAL
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Disponible online el 30 de julio de 2025
Actividades basadas en simulación: ¿cómo empezar?
Simulation-based activities: How to get started?
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Gema Martínez Espinosaa, David Muñoz-Santanachb,
, en representación del Grupo de Trabajo de Simulación de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría
a Unidad de Urgencias Pediátricas, Hospital Materno Infantil Princesa Leonor, Almería, España
b Área de Urgencias, Unidad de Simulación Clínica, Hospital Sant Joan de Déu, Barcelona, España
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Tabla 1. Etapas de la enseñanza basada en simulación siguiendo el método ADDIE
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La simulación clínica se ha consolidado como una herramienta educativa esencial en el ámbito sanitario. Su objetivo fundamental es mejorar la seguridad de los pacientes fomentando la adquisición de habilidades técnicas y no técnicas gracias a la construcción de una realidad paralela que permite el desarrollo de personas, equipos y organizaciones. Se ha utilizado en contextos de emergencia1 para entrenar la respuesta ante situaciones críticas, hecho relevante en pediatría dada la escasa prevalencia de las mismas. En la actualidad, su aplicación se ha incorporado en un número creciente de actividades enfocadas en contextos no críticos.

Este editorial tiene como propósito ofrecer un resumen de los procesos fundamentales a tener en cuenta durante el diseño y ejecución de actividades basadas en simulación (ABS).

El aprendizaje experiencial como herramienta educativa

El modelo teórico sobre el que se sustentan las ABS es el ciclo de aprendizaje experiencial descrito por Kolb y Kolb2. Esta teoría plantea el aprendizaje como un proceso dinámico y cíclico con 4 eslabones que se desencadena tras una experiencia concreta (un escenario de simulación). El segundo eslabón consiste en observar y reflexionar crítica y apreciativamente sobre esta experiencia. El tercero se basa en conceptualizar para construir teorías o modelos a aplicar en una nueva experiencia (la reflexión y conceptualización se llevan a cabo en la conversación tras el escenario). Finalmente, la cuarta fase corresponde a la experimentación activa: el participante aplica los modelos teóricos a nuevas situaciones (simuladas o reales), convirtiéndose estas en nuevas experiencias y cerrando el círculo. Las fortalezas del aprendizaje experiencial, que conectan la teoría con la práctica, permiten adaptarse a distintos estilos de aprendizaje y promueven la autonomía junto con la reflexión crítica; de este modo hacen que las ABS sean un método educativo altamente efectivo.

Las actividades basadas en simulación como proceso de mejora continua

El modelo ADDIE3 es un marco estructurado y sistemático útil para diseñar, desarrollar e implementar actividades educativas efectivas. La tabla 1 muestra el modelo ADDIE aplicado a las ABS. Para diseñar una ABS que tenga un impacto sobre el aprendizaje de los participantes, es fundamental realizar un análisis previo de necesidades utilizando distintas metodologías, además de la redacción de objetivos específicos, medibles, alcanzables y relevantes en un tiempo determinado. Una vez desarrollada e implementada es imprescindible evaluar el proceso para valorar si se han conseguido los objetivos y detectar puntos de mejora de los docentes o nuevas necesidades de los participantes. El modelo de los 4 niveles de Kirkpatrick4 es uno de los más utilizados para evaluar las actividades formativas.

Tabla 1.

Etapas de la enseñanza basada en simulación siguiendo el método ADDIE

Análisis  Identificación de necesidades de aprendizaje (participantes, docentes, organización)   
    Perfil de los alumnos e identificación de los recursos necesarios (humanos, materiales, temporales)   
Diseño  Redacción de los objetivos   
    Diseño del proceso de evaluación   
    Determinación del enfoque o metodología didáctica (SimZones)   
    Selección de los sistemas de difusión   
    Planificación   
Desarrollo  Generación y producción de los materiales educativos o recursos de aprendizajeDiseño del escenario (fidelidad) 
    Guía para prebriefing o debriefing 
Implementación  Crear un ambiente que facilite el aprendizaje (seguridad psicológica)  Prebriefing y briefing 
    Tener una experiencia concreta  Escenario 
    Observación reflexiva+conceptualización  Debriefing 
    Resumir y conducir hacia la experimentación real o simulada  Cierre 
Evaluación  Valoración de la calidad y procesos de enseñanza y aprendizaje, antes y después de la implementación  Modelo de los 4 niveles de Kirkpatrick 
El diseño de una actividad basada en simulación. El modelo de las SimZones

El modelo de SimZones propuesto por Roussin y Weinstock5 es un sistema de organización de las ABS que toma conciencia de la experiencia del participante y del objetivo de aprendizaje. Divide las simulaciones en 5 zonas (fig. 1), correspondiendo la última al aprendizaje en el entorno real de trabajo.

Figura 1.

Modelo de las SimZones como sistema de organización para la educación basada en simulación. Adaptado de Roussin y Weinstock5.

La zona 0 está dirigida a participantes inexpertos y la retroalimentación es automática sin instructor: un cirujano aprende una nueva técnica laparoscópica con un simulador específico. La zona 1 incluye la instrucción práctica de habilidades técnicas fundamentales: un grupo de residentes aprenden a realizar una intubación orotraqueal. La zona 2 integra objetivos técnicos o no técnicos en contexto situacional: residentes que practican el manejo de un shock séptico. Los objetivos de estas zonas tienen que ver con qué acciones hay que hacer y cómo realizarlas para conseguir los resultados esperados.

En las simulaciones de zona 3 los objetivos se relacionan con evaluar los marcos mentales que condicionan la toma de decisiones cuando un equipo se enfrenta a situaciones complejas. Estas simulaciones fomentan el desarrollo y crecimiento de equipos profesionales expertos, especialmente aquellos que trabajan juntos.

Por otra parte, el debriefing es la discusión intencional que sigue a una experiencia de simulación y es la piedra angular del aprendizaje experiencial. El modelo SimZones toma en cuenta la experiencia de los alumnos y el tipo de objetivos para realizar un tipo de debriefing u otro. En simulaciones de zonas 0-2 se prefiere un abordaje encaminado a corregir las acciones sin cuestionar las suposiciones subyacentes, utilizando un método más instructivo con participantes inexpertos (zona 1) o reflexivo en más expertos (zona 2). Las simulaciones de zona 3 utilizan un abordaje que implica cuestionar y modificar las propias reglas o modelos mentales, promoviendo cambios profundos con retroalimentación reflexiva y acompañamiento del facilitador. Así, el modelo SimZones ajusta el tipo de debriefing según la experiencia del participante, favoreciendo la reflexión crítica y el desarrollo profesional continuo.

Implementación de una actividad basada en simulación

La implementación de una ABS consta de 4 etapas: prebriefing, briefing, escenario y debriefing. El prebriefing incluye la preparación previa donde se explica el propósito junto con los objetivos de la simulación, las reglas de participación y el material. Un punto clave que debe construirse durante el prebriefing y mantenerse durante toda la actividad es la seguridad psicológica, que podría definirse como la creencia compartida por los miembros de un equipo de que cada uno de ellos puede asumir riesgos sin temor a ser juzgado por el resto del equipo o por el facilitador. Este elemento incluye ingredientes como la confidencialidad, el respeto y la curiosidad. El briefing es la introducción específica al escenario y contextualiza a los participantes justo antes de iniciar el escenario. Tanto el prebriefing como el briefing son necesarios para que el participante se involucre y desarrolle unos procesos mentales, físicos y emocionales lo más parecidos a una situación real.

El escenario es la experiencia concreta sobre la que se va a reflexionar y posteriormente conceptualizar. Incluye elementos que lo dotan de realismo físico (se perciben por los sentidos), conceptual (coherencia de aquello que ocurre en el escenario) y emocional (emociones similares a la realidad), proporcionando una experiencia que facilite una interacción de los participantes lo más fiel posible a la realidad.

El debriefing es la parte central y de mayor duración de una ABS. En ella los alumnos reciben retroalimentación para mejorar sus competencias. Para que resulte efectivo sigue una estructura:

  • Reacción: se expresan las emociones desencadenadas por el escenario; ayuda a liberar tensión y prepararse para el análisis.

  • Hechos: se revisa y resume el evento, además de los retos ocurridos durante la simulación, facilitando una visión clara y objetiva de lo sucedido. Pone al participante en posición de observar reflexivamente lo ocurrido en el escenario.

  • Análisis: registro de las observaciones. Se promueve la reflexión crítica para identificar aciertos y errores y construir modelos o conceptos aplicables en la práctica real.

  • Cierre: se sintetizan los aprendizajes clave y se motiva a los participantes para que integren lo aprendido en situaciones reales o futuras simulaciones.

La simulación más allá del entrenamiento de personas (equipos y sistemas)

Las ABS ofrecen una oportunidad única para que los equipos practiquen y evalúen sus comportamientos respecto al trabajo en equipo, además de habilidades no técnicas (liderazgo, comunicación, etc.) mientras participan en escenarios realistas en un entorno seguro tanto para los pacientes como para ellos mismos. La simulación es además una herramienta útil en el análisis de sistemas y el diseño de protocolos o espacios de trabajo, ya que permite disminuir la brecha entre cómo se imagina el trabajo y cómo es en realidad.

Bibliografía
[1]
D. Muñoz-Santanach.
Simulación en los servicios de Emergencias.
Emerg Pediatr., 1 (2022), pp. 171-177
[2]
A.Y. Kolb, D.A. Kolb.
Experiential learning theory.
Encyclopedia of the sciences of learning, pp. 1215-1219
[3]
R.M. Branch.
Instructional design: The ADDIE approach.
Springer, (2009),
[4]
J.D. Kirkpatrick, W.D. Kirkpatrick.
Kirkpatrick's four levels of training evaluation.
2nd ed., ATD Press, (2016),
[5]
C.J. Roussin, P. Weinstock.
SimZones: An organizational innovation for simulation programs and centers.
Acad Med., 92 (2017), pp. 1114-1120
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