Información de la revista
Vol. 71. Núm. 4.
Páginas 372-374 (Octubre 2009)
Compartir
Compartir
Descargar PDF
Más opciones de artículo
Vol. 71. Núm. 4.
Páginas 372-374 (Octubre 2009)
Carta al Editor
Acceso a texto completo
Shock como manifestación inicial de la enfermedad de Kawasaki
Shock as initial presentation of Kawasaki disease
Visitas
11366
M. Botrán Prieto
Autor para correspondencia
martabotran@hotmail.com

Autor para correspondencia.
, S. Mencía Bartolomé, M.M. Santos Sebastián, J. López-Herce Cid
Servicio de Cuidados Intensivos Pediátricos, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid, España
Contenido relaccionado
An Pediatr (Barc). 2010;73:151-210.1016/j.anpedi.2010.05.015
E. García Soblechero, E. Gómez Santos, M.L. Domínguez Quintero, L. González Vila
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Texto completo
Bibliografía
Descargar PDF
Estadísticas
Tablas (1)
Tabla 1. Comparación de los criterios diagnósticos del shock tóxico y la enfermedad de Kawasaki
Texto completo
Sr. Editor:

La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis multisistémica, febril, aguda y autolimitada, pero de curso y expresividad variables1,2. Su etiopatogenia es desconocida, aunque en algunos casos existen similitudes clínicas y fisiopatológicas con los síndromes de shock tóxico estreptocócico y estafilocócico3 (tabla 1).

Tabla 1.

Comparación de los criterios diagnósticos del shock tóxico y la enfermedad de Kawasaki

Enfermedad de Kawasaki  Shock tóxico estafilocócico  Shock tóxico estreptocócico 
  • 1.

    Fiebre ≥5 días

  • 2.

    Presencia ≥4 signos:

    • Inyección conjuntival bulbar bilateral

    • Cambios en mucosa orofaríngea y labios

    • Cambios en extremidades

    • Exantema polimorfo (predominio en tronco)

    • Adenopatía cervical >1,5cm (generalmente unilateral)

  • 3.

    Exclusión de otras entidades

 
  • 1.

    Fiebre ≥39°C

  • 2.

    Exantema (eritema macular difuso)

  • 3.

    Descamación (1-2 semanas)

  • 4.

    Hipotensión

  • 5.

    Afectación multiorgánica

  • 6.

    Negatividad de cultivos (posible hemocultivo positivo a S. aureus)

 
  • I.

    Aislamiento de estreptococo A:

    • IA.

      Estéril (sangre, LCR)

    • IB.

      No estéril (faringe, esputo)

  • II.

    Signos clínicos de gravedad:

    • IIA.

      Hipotensión

    • IIB.

      Hallazgos >2 siguientes:

      • Afectación renal

      • Coagulopatía

      • Afectación hepática

      • SDRA

      • Exantema macular±descamación

      • Necrosis partes blandas

 
Kawasaki incompleto:  SSTSta probable:  SSTSp probable: 
Fiebre+2-3 signos+laboratorio  5 hallazgos  IB+IIA+IIB+ exclusión otra causa 

LCR: líquido cefalorraquídeo; SDRA: síndrome de dificultad respiratoria aguda; SSTSp: síndrome se shock tóxico estreptocócico; SSTSta: síndrome de shock tóxico estafilocócico.

Presentamos el caso de un varón sano de 5 años que consultó en el Servicio de Urgencias por síndrome febril de 4 días de evolución, con afectación del estado general y dolor en los dedos de las manos y los pies. Exploración física: regular estado general, decaimiento y quejido; taquicardia (131lpm) e hipotensión (83/44mmHg) con buena perfusión periférica; exantema macular rosado en tronco, eritema periorbitario, hiperemia conjuntival bilateral, adenopatías prominentes laterocervicales bilaterales y mucosa oral hiperémica con lengua en fresa; el resto, normal. Pruebas complementarias: hemograma: Hb de 11,3g/dl, hematocrito 33%, leucocitos 11.800/μl (PMN: 95%), plaquetas 126.000/μl; bioquímica: creatinina 1,1mg/dl, urea 67mg/dl, ácido úrico 7,3mg/dl, GOT 208U/l, GPT 117U/l, GGT 48U/l, sodio 125mmol/l, potasio 3,8mmol/l y PCR 22,5mg/dl; sedimento de orina, normal; monotest: negativo; prueba de detección rápida faríngea para estreptococo del grupo A: negativa. Se extrajeron muestras para hemocultivo y serología de virus de Epstein-Barr y citomegalovirus. Ingresó con diagnóstico de síndrome febril y sospecha de enfermedad de Kawasaki con fluidoterapia y antitérmicos.

A las 12h desarrolló shock con hipotensión (65/35mmHg) refractaria a volumen (20ml/kg) y obnubilación, que motivó su traslado a la unidad de cuidados intensivos pediátricos. Precisó expansión con cristaloides (60ml/kg), dopamina (10mcg/kg/min), noradrenalina (0,15mcg/kg/min) y ventilación mecánica. También se administró una dosis de gammaglobulina i.v. (0,5g/kg). Pruebas complementarias: hemograma: Hb 10,2g/dl, hematocrito 30,6%, leucocitos 7.900/μl (PMN: 78,4%), plaquetas 89.000/μl; coagulación: INR 1,3; TTPA 42,1 (control 30,1), fibrinógeno 491mg/dl, PDF 6.048mg/ml; bioquímica: creatinina 0,7mg/dl, urea 66mg/dl, ácido úrico 5,9mg/dl, GOT 163U/l, GPT 111U/l, GGT 41U/l, fosfatasa alcalina 174U/l, albúmina 2,5g/dl, sodio 130mmol/l, potasio 3,8mmol/l; PCR 17,6mg/dl, VSG 18mm. Radiografía de tórax: normal. Ecocardiografía: leve disfunción sistólica y aumento de resistencias sistémicas con hipertensión pulmonar moderada. Ante la sospecha de shock tóxico se inició tratamiento con cloxacilina y clindamicina intravenosas, pero se modificó a cefotaxima y clindamicina, y se asoció dexametasona intravenosa (0,6mg/kg/día) tras observarse rigidez de nuca (punción lumbar: 30leucocitos/mm3, 80% mononucleares, 55hematíes/mm3, glucorraquia 68mg/dl y proteinorraquia 35mg/dl). La fiebre desapareció y descendió la PCR en 48h. Esto permitió la retirada de los fármacos vasoactivos y la asistencia respiratoria; fue dado de alta a planta a los 4 días del ingreso. Todos los cultivos fueron negativos.

La fiebre reapareció al 11.° día, con descamación de los pulpejos. En el control analítico presentaba trombocitosis (525.000/μl) con leucocitos normales (10.000/μl), VSG de 74mm y PCR de 5mg/dl; el sedimento de orina y la radiografía de tórax fueron normales. En el ecocardiograma se observó una dilatación aneurismática sacular en la arteria coronaria descendente anterior (5,5×16mm). Se le diagnosticó, entonces enfermedad de Kawasaki y se trató con una dosis de inmunoglobulina i.v. (2g/kg) y ácido acetilsalicílico (AAS) (80mg/kg/día) con desaparición de la fiebre y normalización de los parámetros analíticos. Se realizó antiagregación con AAS (5mg/kg/día) y anticoagulación con acenocumarol. El paciente fue dado de alta a los 25 días de su ingreso. El aneurisma disminuyó progresivamente de tamaño y, actualmente, persiste una ectasia de 3mm de diámetro.

La enfermedad de Kawasaki puede presentar una evolución atípica o una clínica inicial incompleta1,4. A pesar de que sus características epidemiológicas indican un origen infeccioso, su etiopatogenia es aún desconocida1–3. La ausencia de pruebas complementrias específicas y la relativa baja incidencia en nuestro medio dificulta su diagnóstico. Esto puede demorar el inicio del tratamiento específico y aumentar la incidencia de secuelas cardiológicas, principalmente el desarrollo de aneurismas coronarios1,6–9.

En los últimos años se han descrito varios casos de shock asociado a enfermedad de Kawasaki3,5,10. Recientemente se ha publicado un estudio de casos y controles de niños con enfermedad de Kawasaki que requirieron ingreso en cuidados intensivos6. Algunos de ellos, como ocurrió en nuestro paciente, cursaron inicialmente con un cuadro similar a un shock tóxico.

Concluimos que la enfermedad de Kawasaki, aunque de forma poco frecuente, puede presentarse con manifestaciones compatibles con un shock tóxico, lo que retrasa el diagnóstico y el tratamiento. Es necesario considerar esta entidad en el diagnóstico diferencial del síndrome febril de etiología no filiada para detectar aquellos casos de presentación atípica o incompleta.

Agradecimientos

Agradecemos a las doctoras Miriam Centeno y Teresa Álvarez de la Sección de Cardiología y a la doctora Rosa Rodríguez Fernández del Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón por su colaboración en el diagnóstico y el seguimiento del paciente.

Bibliografía
[1]
J.W. Newburger, M. Takahashi, M.A. Gerber, M.H. Gewitz, L.Y. Tani, J.C. Burns, et al.
Diagnosis, treatment, and long-term management of Kawasaki disease: A statement for health professionals from the committee on rheumatic fever, endocarditis, and Kawasaki disease, council on cardiovascular disease in the young, American Heart Association.
Pediatrics, 114 (2004), pp. 1708-1733
[2]
G.S. Pinna, D.A. Kafetzis, O.I. Tselkas, C.L. Skevaki.
Kawasaki disease: An overview.
Curr Opin Infect Dis, 21 (2008), pp. 263-270
[3]
K. Matsubara, T. Fukaya.
The role of superantigens of group A Streptococcus and Staphylococcus aureus in Kawasaki disease.
Curr Opin Infect Dis, 20 (2007), pp. 298-303
[4]
Y.C. Hsieh, M.H. Wu, J.K. Wang, P.I. Lee, C.Y. Lee, L.M. Huang.
Clinical features of atypical Kawasaki disease.
J Microbiol Immunol Infect, 35 (2002), pp. 57-60
[5]
H. Yoshikawa, Y. Nomura, K. Masuda, D. Hazeki, K. Yotsumoto, M. Arata, et al.
Four cases of Kawasaki syndrome complicated with myocarditis.
Circ J, 70 (2006), pp. 202-205
[6]
S.R. Domínguez, K. Friedman, R. Seewald, M.S. Anderson, W. Lisa, M.P. Glodé.
Kawasaki disease in a pediatric intensive care unit: A case-control study.
Pediatrics, 122 (2008), pp. 786-790
[7]
L.L. Minch, L.A. Sleeper, A.M. Atz, B.W. McCrindle, M. Lu, S.D. Colan, et al.
Delayed diagnosis of Kawasaki disease: What are the risk factors?.
Pediatrics, 120 (2007), pp. e1434-e1440
[8]
M.S. Wilder, L.A. Palinkas, A.S. Kao, J.F. Bastian, C.L. Turner, J.C. Burns.
Delayed diagnosis by physicians contributes to the development of coronary artery aneurysms in children with Kawasaki syndrome.
Pediatr Infect Dis J, 26 (2007), pp. 256-260
[9]
M.S. Anderson, J.K. Todd, M.P. Glodé.
Delayed diagnosis of Kawasaki syndrome: An analysis of the problem.
Pediatrics, 115 (2005), pp. e428-e433
[10]
H.D. Davies, V. Kirk, T. Jadavji, B.L. Kotzin.
Simultaneous presentation of Kawasaki disease and toxic shock syndrome in an adolescent male.
Pediatr Infect Dis J, 15 (1996), pp. 1136-1138
Copyright © 2009. Asociación Española de Pediatría
Idiomas
Anales de Pediatría
Opciones de artículo
Herramientas
es en

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?