Adolescente de 12 años que consultó por la pérdida progresiva de ambas cejas y pestañas. En la exploración física se observó una hipotricosis de ambas zonas (fig. 1), sin afectación del cabello. El estudio dermatoscópico de las cejas reveló pelos en «v» (morado), puntos negros, pelos en llama y pelos rotos. No se observaron signos de exclamación (fig. 1B). La exploración tricoscópica de las pestañas mostró pelos en tulipán (fucsia), pelos rotos (celeste), pelos en llama (rojo), puntos negros (negro) y orificios foliculares vacíos (amarillo) (fig. 1D).
La paciente reconoció arrancarse de manera compulsiva e involuntaria las cejas y las pestañas, por lo que se estableció el diagnóstico de tricotilomanía (TTM).
La TTM es un trastorno obsesivo/compulsivo, que se caracteriza por el arrancamiento recurrente del cabello, pestañas, cejas, barba o vello corporal. El diagnóstico diferencial incluye tiña, alopecia areata, y anomalías congénitas, entre otros1–3.
La dermatoscopia es una herramienta muy útil que nos puede aportar signos clave en el diagnóstico de esta entidad.